Nicole Kidman SE DESMADRA

EN LA NUEVA PELÍCULA DE Halina Reijn (Muerte, muerte, muerte), Nicole Kidman DA VIDA A UNA EJECUTIVA QUE SE EMBARCA EN UNA HISTORIA PROHIBIDA DE PASIÓN Y DOMINACIÓN

- Nando Salvá

Primero escuchamos un jadeo, y justo después aparece en primer plano el rostro de una mujer sentada sobre un hombre. Casi de inmediato, ambos parecen experimentar un intenso orgasmo, y el de ella es exactamente igual -gemidos agudos y ostentosos, cabello agitado, ojos cerrados- al de tantas mujeres a las que el cine ha observado en esa misma situación a lo largo de los años. "Te amo", dice él, y ella le responde lo mismo. Luego, en cuanto su marido se ha quedado dormido, la mujer corre hacia el baño y una vez allí, tumbada en el suelo frente al ordenador, se da placer estimulada por una web pornográfica. Y entonces, mientras su cuerpo experimenta sacudidas, emite un gruñido casi animal. Esta vez el orgasmo no es falso. Desde esa primera secuencia, Babygirl deja claro su parentesco con un género, el thriller erótico, que empezó a desaparecer de las carteleras a principios de los 90, a causa de los cambios sísmicos experimentados tanto por la cultura laboral como por las dinámicas del poder sexual en general. "Los thrillers de esa época significaron mucho para mí; me hicieron sentir menos avergonzada por mis propias fantasías y deseos sexuales ocultos", explica la directora de la nueva película, la holandesa Halina Reijn, acerca de títulos como Nueve semanas y media (1986), de Adrian Lyne, e Instinto Básico, de su compatriota y mentor Paul Verhoeven.