MISION RISIBLE

Unas siglas revolucionaron nuestra manera de reír en el cine. Tras Aterriza como puedas, Zucker, Abrahams y Zucker (ZAZ) mezclaron cine bélico con las pelis de Elvis y salió la parodia más loca de la historia

- Rubén Romero Santos

David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker, los ZAZ, el trío que había cambiado nuestra manera de reírnos con Aterriza como puedas (1980), actualizando el cine paródico a la postmodernidad, estaban para pocas bromas. En las entrevistas se mostraban joviales, pero a nadie escapaba que Aterriza como puedas 2 había sido un desastre morrocotudo que, aunque no habían participado, les había salpicado. A eso se unía que su siguiente proyecto, la serie de televisión Police Squad!, germen de la futura franquicia Agárralo como puedas, había sido cancelada tras seis episodios. En la historia oral más completa del proyecto, publicada por el portal Screen Crush, Jim Abrahams relata: “Pasaron cuatro años. Después de Aterriza como puedas pensamos que podríamos parir uno de estos bebés cada año”. Pero no era así y en Paramount se impacientaban. “Le presentamos una idea a Michael Eisner (el presidente de la compañía) que era tan mala que pensó que le estábamos tomando el pelo”, cuenta Jerry Zucker.

Pero bueno, como diría el mítico partisano Tour Eiffel en Top Secret!: “La vida es un camino lleno de espinas y al que le toque la china, pues ya se sabe… a jorobarse, sanseacabó y a otra cosa mariposa”. Al final, según David, dieron con el quid de la cuestión: “Solo necesitábamos un tema que nos entusiasmara. No teníamos un género completo como el de las películas catastróficas. Comprendimos que éramos fanáticos de esas películas en blanco y negro de la Segunda Guerra Mundial”. Entre ellas, por supuesto, El ministerio del miedo (Fritz Lang, 1944) a mayor gloria de Ray Milland, que parodiarían en la célebre escena del librero sueco. Pero la II Guerra Mundial quedaba muy lejos en 1984, y ellos querían realizar una parodia atemporal. La solución fue mezclar el cine bélico con los musicales de Elvis Presley, teniendo así una excusa para llevar sus chistes verbales a la música pop.