Yo

Una película que marcó el punto más alto de una cierta tendencia cinéfila de principios del siglo XXI que por fin aparecía en el cine español

- Luis E. Parés

De una forma extraña, por inesperada, pero totalmente coherente con el momento cinematográfico mundial, a principios de los años 2000 un grupo de películas empezó a alinearse con las corrientes del cine más radical hecho en Europa. Con cineastas como Michael Haneke, Gus Van Sant o Aki Kaurismäki como faro, un grupo de cineastas españoles empezó a promover un tipo de películas basadas en el hieratismo, la distancia y la frialdad para contar, con una forma estilizada, a personajes tormentosos. Es en esta senda donde se sitúan las óperas primas de Jaime Rosales (Las horas del día, 2003), Javier Rebollo (Lo que sé de Lola, 2006 y La mujer sin piano, 2009) y alguna obra insólita como Un banco en el parque (Agustí Vilà, 1998) o La línea recta (Jos&e