EL RETORNO DELJEDI

UN HARRISON FORD QUE NO QUERÍA OÍR HABLAR DEL TEMA, UN SINDICATO DE DIRECTORES EN PIE DE GUERRA Y UN DAVID LYNCH QUE SALIÓ POR PIERNAS DEL RANCHO SKYWALKER: SE CUMPLEN CUATRO DÉCADAS DE LA CULMINACIÓN DE LA TRILOGÍA ORIGINAL DE 'STAR WARS'

- Yago García

Cuando poner en marcha una saga de cine te cuesta sufrir un amago de infarto a los 32 años, podemos decir que el listón está muy alto en lo que a sustos se refiere. Pero, a la altura de 1982, George Lucas se preguntaba si aquel apechusque cardíaco, padecido tras revisar el primer copión de efectos especiales de Star Wars, había sido la parte más agradable de sus coqueteos con la Fuerza. Poner en marcha aquello de los Jedi le había costado sufrir el pitorreo de sus amigos cineastas, pastorear dos rodajes de pesadilla (si el de la primera entrega fue un infierno, el de El Imperio contraataca no le había ido a la zaga), aguantar los dardos de una crítica que le acusaba de haber liquidado al Nuevo Hollywood y experimentar los sinsabores que trae consigo el encabezar un imperio empresarial antes de cumplir los cuarenta. Eso, por no hablar de la necesidad de poner en orden una historia y una mitología que nadie tenía claras del todo, empezando por él. Así pues, tras constatar que todavía quedaba un filme para completar la prometida trilogía galáctica, tal vez Lucas sintiera ganas de mandarlo todo al carajo, renunciar a la previsible lluvia de dólares y volver con el rabo entre las piernas a su Modesto natal para despachar bolígrafos en la papelería de su padre.