ABRÁZAME FUERTE MATHIEU AMALRIC: SOLO SE VIVE DOS VECES

EL APABULLANTE PRESTIGIO DEL ACTOR, PRÁCTICAMENTE CONVERTIDO EN UN SELLO DE CALIDAD, AMENAZA CON ECLIPSAR A UN CINEASTA DE LO MÁS APASIONANTE

- PHILIPP ENGEL

LOS PRIMEROS PASITOS Mange ta soupe (1997)

Hay que destruir la familia para construir una nueva, o algo así. Tras convertirse en actor gracias a su mentor Arnaud Desplechin en Comment je me suis disputé..., en cuyo rodaje se enamoró de Jeanne Balibar, que le acabó dando dos churumbeles, Amalric se lanzó a rodar su primer largo en casa de su madre, la crítica literaria Nicole Zand, a la que llevaba años sin ver. Una comedia tan burlesca como autobiográfica que se estrenó en un solo cine de París, suficiente para que le gustara al

LA CONFIRMACIÓN Le stade de Wimbledon (2001)

La divina Jeanne Balibar repetía en una película no menos literaria, basada en la inadaptable novela de Daniele Del Giudice, que la lanzaba por las calles y librerías de Trieste tras los pasos de un Bartleby, que diría Vila-Matas, inspirado en Bobi Bazlen, otro escritor que se esforzaba en no escribir nada y que también inspiró a Roberto Calasso. Si es cierto que todas las películas se responden unas a otras, esta tiene un estilo opuesto a la anterior, ahora más próximo a la abstracción de Antonioni.