Turismo de vida silvestre

Respeto por los animales Tips para encuentros con vida silvestre: más santuarios, menos selfies.

- Por Natasha Daly

De inmediato, Elephant Valley Thailand se sentía distinto. La propiedad en la selva a las afueras de Chiang Rai, una pequeña ciudad en el norte de Tailandia, era la quinta atracción con elefantes que visitaba en una semana. Había visto espectáculos en los que los paquidermos pateaban balones y hacían girar aros. Había visto gente montar en sus lomos y columpiarse en sus trompas. Me había asomado a los establos a los que volvían los elefantes después de trabajar y donde eran amarrados a postes con cadenas en los tobillos.

Pero Elephant Valley era tranquilo. Era la primera vez en toda la semana que había visto elefantes a la distancia. Vallas de madera rodeaban la mayoría de los campos. “Para mantenernos afuera a nosotros, no a ellos”, me dijo John Lee, un gerente en Elephant Valley. Lo que más me sorprendió es que no estaba permitido tocar a los animales. Eran elefantes en su papel de elefantes.

Este santurario era hogar de cinco elefantes que antes trabajaban en campamentos de senderismo y en la industria maderera. Muchos de los 3 800 paquidermos en cautiverio de Tailandia viven en campamentos que ofrecen experiencias que permiten a los visitantes montar o bañar a los animales, o verlos actuar en espectáculos. Estas actividades son un imán para turistas de todo el mundo, parte de una industria global que junta gente con animales exóticos para que tengan encuentros irrepetibes.

Eso es lo que nos llevó a Tailandia, una parada de un mes en un viaje como reportera para