Sueños de altitud en La Baja

Mi deseo se cumplió. tenía ganas de conocer el estado de Baja California porque para mí, siendo oriunda de la Ciudad de México, representaba una especie de 'estado quimera' del que hasta entonces había escuchado hablar muy poco, y lo que conocía de este destino eran historias vagas que incluían a James Cameron y la filmación de Titanic en las playas de Rosarito, comentarios al aire que sugerían que en ese lugar de la península -que en mi mente se materializaba como una tierra lejana- existía un valle en donde se hacía buen vino mexicano, además de la pintoresca (y para nada ordinaria) estampa de una Tijuana fronteriza descrita por el escritor y periodista mexicano, Federico Campbell, en donde las historias de migrantes, narcotráfico y remesas eran protagonistas de una tierra de nadie.

- Texto: Eugenia Revoreda. Fotos: Pepe Treviño

Recuerdo pocas pláticas de sobremesa entre amigos en las que se nombrara a este estado como una de las primeras opciones para vacacionar dentro del territorio mexicano; es más, me atrevo a decir que no figuraba como opción, y si se llegó a mencionar, no fue con el mismo ímpetu y emoción con el que se hablaba de lugares turísticos típicos como Cancún, Acapulco, Puerto Vallarta o Los Cabos. Hasta ahí llegábamos, no existía (en nuestro pensamiento), o estaba allí pero como eso, un sueño al que cada quien daba forma y que —por lo que se sabía en noticias o lo que fuera— nadie quería tocar.

Cuando conocí el extremo noroeste de la península de Baja California, mi visión cambió por completo. ¿Cómo es posible que 12 años atrás nadie me incitó a visitar este lugar que tiene tal potencial turístico? La falta de promoción hizo de las suyas en ese momento porque hoy descubrí que es un lugar que tiene todo (o casi): cercanía con la frontera, geografía envidiable, fertilidad en su tierra, clima propicio para el desarrollo de insumos (tanto así que es comparado con el del mediterráneo), belleza en sus paisajes exóticos que conjugan playa con desierto y lugares con mucho color, donde la gente forma parte esencial de los movimientos sociales que fomentan el desarrollo de actividades culturales, productivas y recreativas que le conceden un plus a la región.

TECATE: DE SANTUARIOS,

LUGARES DE NOS Y EL MEJOR PAN DEL ESTADO