El Che viajero

Éste no es un relato más sobre las andanzas revolucionarias del Comandante que no requiere presentación. Además de sus ideales, profesiones y hazañas, él fue un claro ejemplo de viajero (y no turista) desde su juventud.

- Ale Mireles

Apenas hace cinco años falleció Alberto Granado, el amigo de Ernesto Guevara que viajó en motocicleta junto a él. Alberto tenía 30 años y ya era bioquímico; Ernesto, con 24 años, estaba a un año de graduarse de la carrera de Medicina. Dos años antes, el Che había recorrido 4,500 kilómetros en una bici Cucciolo de motor, pasando por Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja, en su natal Argentina. Sus notas de viaje quedaron plasmadas en un cuaderno a modo de diario. En esos días, el Che aprendió a peluquear y trabajó como enfermero en la marina mercante.

Pero el 4 de enero de 1952 saldrían de ruta sobre La Poderosa, una vieja Norton 500 de 1939, propiedad de Alberto. El itinerario estaba planeado para recorrer todo el continente, desde el sur de Argentina hasta Estados Unidos, unos 12,000 kilómetros a una velocidad máxima de 125 km/h, que obviamente disminuía con el peso de dos personas, su ropa, utensilios de cocina, mantas para dormir, palas y picos, por si acaso.