¿Alguna vez seré suficiente?

Ya establecimos que ser madre no es nada fácil y que no todas las mamás son iguales, por eso hay que tratar de no juzgarlas, por más que queramos echarles la culpa de todos nuestros males.

- Por Aura Medina

Hay que entender que su incapacidad de mostrar amor y nutrir a sus propios hijos viene justo de sus historias como hijas, de lo que ellas vivieron con sus madres. Es por eso que muchas hijas de malas madres se convierten también en mujeres narcisistas. Ya hemos hablado del narcisismo (en la moi 40 tenemos la descripción entera), pero si te lo perdiste, refresquemos el término.

El narcisismo es la admiración exagerada hacia uno mismo. Viene del mito griego de Narciso, un muchacho tan guapo y arrogante que, para no hacer el cuento largo, se enamoró de sí mismo, al grado de que al ver su refl ejo en un manantial no se volvió a mover y murió de hambre. No es que tu mamá se vaya a convertir en flor, pero puede estar tan enfocada en ella misma que hasta sus hijos se le olvidan.

Para las mujeres es más difícil que para los hombres lidiar con una madre narcisista. De acuerdo con Karyl McBride, en su libro Will I ever be enough?, la hija de una madre narcisista enfrenta una lucha única que sus hermanos varones no comparten. Una madre narcisista ve a su hija, más que a un hijo, como un reflejo y extensión de sí misma, no como a una persona distinta y con identidad propia. La madre presiona a la hija para que actúe y reaccione de la forma exacta en la que mamá lo haría, no de la manera que la hija considere correcta. Por lo mismo, la hija siempre está buscando ganar el amor y la aprobación de la madre.