Con corazón

Cuidar a las personas es parte de un negocio familiar

- Scott Grills

CRECÍ EN LA TIENDA Sharp's, en Campbellford (Canadá) y en sus alrededores. La Sra. Sharp, mi abuela materna, dirigía el negocio, y en las décadas de 1960 y 1970 fui uno de los tantos miembros de la familia que de vez en cuando trabajaban allí.

Aprendí la diferencia entre cierres de nailon y metal, qué telas se deben cortar con tijera y cuáles es necesario rasgar, cómo clasificar hilos para bordar según diseños y combinaciones de colores. También aprendí algo mucho más importante: el papel de un negocio familiar en la sociedad.

TENÍAMOS POCO DINERO, PERO CONTÁBAMOS CON LA GENEROSIDAD DE LOS NEGOCIOS LOCALES.

La Sra. Sharp conocía a sus clientes. Escuchaba rumores de violencia doméstica, de mujeres con dinero justo para comprar lo imprescindible, de familias que luchaban para cuidar a sus hijos que habían vuelto de la guerra y que sufrían lo que en ese momento se llamaba "neurosis de guerra", de embarazos no deseados y de la necesidad de comprar secretamente ciertos patrones de costura para evitar los chismes.

Los restos de telas y patrones descartados iban directos a las manos de madres cuyos hijos necesitaban ropa para el comienzo del año escolar. Viudas sin dinero compraban a crédito, a veces con los ojos llenos de lágrimas: "Sabes que lo devolveré. Gracias. Que Dios te bendiga".