El negocio del amor

Un hombre viudo de 70 años conoce a una mujer joven por Internet. En ese momento, no puede creer lo afortunado que es, hasta que ese encuentro fortuito lo lanza a las garras de una industria global valorada en miles de millones de euros

- Henning Sußebach

El Sr. K saca una tarta mientras charlamos sobre su nuevo y complicado amor. Está entusiasmado y nervioso al mismo tiempo. Un trozo de tarta se cae del plato y dice: “¿Ves?”, dice. “No puedo estar solo. ¡Necesito una mujer!”.

El Sr. K tiene 79 años, está jubilado y vive solo en Renania (Alemania). Su nombre completo no es relevante. Lo importante es comprender su historia, complicada incluso para el interesado.

Vive en una casa demasiado grande tras el fallecimiento de su mujer por cáncer de mama en 2013. Llevaban juntos 37 años. Las mantas de crochet tejidas por ella aún cubren los sillones. La vajilla y la cama de matrimonio son las mismas de entonces. La televisión está encendida, mientras el Sr. K fuma y come tarta.

En 1976, conoció a su mujer a través de un anuncio en un periódico. Ella era checa y mucho más joven que él. Viajaron en coche de Nueva York a San Francisco. Recorrieron Canadá y durmieron en tienda de campaña. Al volver, se mudaron a esta casa. Tuvieron un hijo y una bonita vida juntos.

Cuando falleció su mujer, el Sr. K no pertenecía a ningún grupo, había perdido contacto con sus excompañeros de trabajo y su hijo ya era mayor. No soportaba el silencio. En lugar de amor había un enorme vacío en él.

Creía que ese vacío solo podía ser llenado con un nuevo amor. Se dio de alta en un portal de citas online.