UN NAVEGANTE CONTRA EL MAR

QUEDO ATRAPADO DENTRO DE LA CABINA INUNDADA DE SU BARCO VOLCADO. A MEDIDA QUE PASABAN LAS HORAS, TAMBIÉN SE DESVANECÍAN SUS POSIBILIDADES DE SOBREVIVIR

- Lisa Fitterman

ES 1 DE AGOSTO PASADAS LAS 8 DE LA TARDE.

Laurent Camprubi se encuentra a unos 25 kilómetros de la costa noroeste de España, izando la vela mayor en la cubierta del Jeanne, un velero aerodinámico de 12 metros. Desde que salió de Lisboa, en Portugal, el día anterior, ha tenido que luchar contra los elementos. Pero él está en su elemento.

Laurent pretende clasificarse para la Route du Rhum, una regata de 6.562 kilómetros que se celebra cada cuatro años y que se desarrolla entre SaintMalo, en Francia, y Guadalupe, un archipiélago del Caribe. En una noche poco tranquila, este deportista que navega en solitario, vira y ajusta el rumbo, para asegurar que el barco llegue a su destino en Cherburgo (Francia), a unos 1.700 kilómetros al noreste.

Después de más de 12 horas de navegación, Laurent se toma un descanso muy necesario. Mientras una baliza transmite automáticamente su posición a los organizadores de la Route del Rhum cada 15 minutos, las olas golpean el Jeanne en un idioma propio: bramidos, silbidos, choques, rugidos.

Sabe que a lo lejos está el Cabo Finisterre, llamado así porque en otros tiempos se pensaba que la escarpada península era el fin del mundo, pero las olas de dos a tres metros han teñido su silueta de un gris oscuro uniforme.