SOLUCIONES para la SOLEDAD

Las personas mayores cada vez llevan vidas más aisladas. Afortunadamente, hay nuevas iniciativas para fomentar la socialización

- Olivier Van Caemerbèke

-¿No te ha llegado hoy el periódico? ¿Cómo vamos a hacer planes para nuestra próxima salida al cine? Céline G.* bromea con su amigo Gérard Q., de 88 años.

-No te preocupes-responde él. Lo he comprado en el quiosco.

Céline, una dinámica mujer de 46 años de pelo corto y oscuro, sigue la broma:

-¡El otro día me fuiste infiel; fuiste a ver Otro Mundo sin mí!

Gérard sonríe ampliamente. Vestido con jersey beige oscuro y pantalones de pana marrón, se enorgullece de su aspecto y de su cuidadosamente peinado pelo gris. Hablan sobre noticias internacionales, exposiciones que les gustaría ver, sus respectivas familias, etc.

Están sentados en la sala de estar de la casa de Gérard, en una tranquila calle de Uccle, una zona próspera de la región de Bruselas. Las paredes están adornadas con cuadros; sobre una mesa baja de cristal hay libros sobre el arquitecto belga Victor Horta y la historia de la isla francesa de Noirmoutier. Céline y Gérard se conocen solo desde hace seis meses,  pero comparten la curiosidad por el mundo y la pasión por la cultura. Se conocieron a través de Bras Dessus Bras Dessous ("Cogidos del brazo"), una asociación que reúne a personas mayores y aisladas con vecinos más jóvenes que se inscriben para pasar tiempo con ellos regularmente.