MEMORIA entre muros

Casa Loredo reinterpreta la arquitectura vernácula cántabra desde una mirada contemporánea, donde la piedra caliza y la madera dialogan con el paisaje. Situada frente al mar, esta vivienda se concibe como un mirador habitado, que acoge la memoria del lugar y la proyecta hacia el futuro.

- ADA MARQUÉS

La vivienda proyectada por Miguel Crespo Picot, Javier Guzmán Benito y Sixto Martin Martínez de Zooco Estudio, con la colaboración de Paula Cruz, se construye sobre muros de mampostería de piedra caliza que reinterpretan el sistema vernáculo y se integran con una estructura de muros pantalla de hormigón armado.

En una ladera abierta al mar Cantábrico, rodeada de encinas y pinos, se alza Casa Loredo. La geometría del terreno, alargada y con vistas hacia el noroeste, condiciona la implantación de la vivienda, que se concibe como un mirador contemporáneo, atento al paisaje y al clima.

La envolvente pétrea se prolonga bajo los porches, donde el entablillado de madera Iroko en techos exteriores suaviza el tránsito entre interior y exterior y dialoga con el mobiliario de exterior de Hay, dispuesto como extensión habitable frente al jardin.

Desde sus interiores se divisa la bahía de Santander y se percibe el sonido constante del viento. La casa se inscribe en la serie denominada Nueva Arquitectura Vernacular del Cantábrico (NAVC), una reflexión sobre el equilibrio entre la tradición constructiva y las exigencias del habitar actual.

La arquitectura se organiza en forma de “L”, con dos volúmenes que se articulan alrededor del acceso. Uno de ellos acoge los espacios comunes y el dormitorio principal, el otro está destinado a alojar las habitaciones de invitados.