Perséfone, Démeter y... Hades: unos dioses muy humanos

Perséfone y Deméter fueron las diosas que me recibieron al iniciar mi exploración adulta del panteón griego.

- CARME GARCIA I GOMILA (MÉDICA Y PSICOANALISTA)

Hace muchos años de esto, un momento en que coincidieron la sabiduría con que describía Jean Shinoda Bolen a estas dos diosas en Las diosas de cada mujer con el impacto estético de contemplar la escultura de Bernini El rapto de Proserpina* en un viaje a Roma. Esta coincidencia y quizá el momento personal que vivía, hicieron que me empezara a interesar todavía más por los mitos griegos y su relación con la psique humana. Ha pasado el tiempo y he realizado otros viajes a Italia y al Renacimiento y a Grecia con sus restos clásicos tan vivos y ahora que vuelvo a reencontrarme con Perséfone y Deméter debo escucharlas de nuevo, puesto que ya no soy la misma. No he hablado todavía de ellas en estas páginas, y merecen un par de capítulos en los que introduciré también a Hades, un cómplice necesario para que cobre sentido todo lo que nos puede aportar este mito.

Deméter y Perséfone, madre e hija felices hasta que...

Deméter era la diosa de la agricultura. Tuvo con Zeus una hija, Perséfone. Esta era todavía una doncella (Koré) que vivía muy apegada a su madre. Un día, paseando con unas amigas por el jardín fue raptada por Hades, el dios del inframundo. Hades tenía el permiso de Zeus, su hermano y padre de Perséfone, para realizar el rapto, pero nadie dijo nada a Deméter. La madre desesperada vagó nueve días y nueve noches con antorchas encendidas buscando a su hija. Y fue Helios, el dios del Sol que había contemplado el rapto quien se compadeció y le dijo lo qué había sucedido y dónde estaba su hija.