UNA CIUDAD FLOTANTE

Las chinampas no son vestigio del pasado: son el origen y presente de la CDMX. Xochimilco guarda el secreto de la ciudad flotante que habitamos.

- -EDGAR SEGURA

Antes del concreto, los segundos pisos y los edi-ficios que perfilan el horizonte, la Ciudad de México fue un lago. En medio de la cuenca del Valle de México, las culturas originarias moldearon el entorno a su favor. El corazón de esa transformación fueron las chinampas: parcelas flotantes que siguen vivas, cultivadas y sosteniendo a la capital.

Aunque hoy su presencia se limita a Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, las chinampas están mucho más presentes de lo que imaginamos. "Zonas del Centro Histórico, como el perímetro A y B, están construidas sobre chinampas", explica Yanet Cruz, encargada del Museo Chinampaxó-chitl, ubicado en el Parque Ecológico de Xochimilco.

Estas islas artificiales no son naturales. Se forman con lodo, tule y materia orgánica de la zona, delimitadas por canales y estabilizadas con troncos de ahuejote. “Lo importante es que al estar rodeadas por agua, la tierra siempre está húmeda. No necesitan riego. Además, permiten hasta cuatro cultivos simultáneos”, explica Cruz.