EL ARTE DEL ENGAÑO ENTRE ZEUXIS Y PARRASIO

En el Ágora de Atenas, una multitud expectante se reúne para ser testigo del arte llevado al límite y la historia que está a punto de escribirse. Zeuxis y Parrasio, maestros del realismo y eternos rivales, presentan sus obras en una competición final para decidir quién es el mejor pintor de su tiempo.

- DAVID CHAUMEL

Nos encontramos en el año 390 a. C., en la gran plaza de Atenas, en el Ágora. Altos templos dedicados a los dioses envuelven la ciudad. Grandes estatuas de bronce y mármol adornan las calles. Dos mujeres discuten con un tendero por el precio de la fruta. Un grupo de soldados se dirigen a sus puestos. Unos cuantos políticos, con sus mantos recogidos en sus manos, se dirigen apresuradamente hacia el Areópago, el lugar donde se celebraban actos políticos. Un hombre viejo busca su sandalia perdida entre el bullicio de la calle. Unos niños corren de un lado para otro, jugando. Dos hombres leen unas tablillas clavadas en un muro. Varios porteadores se esfuerzan en cargar una litera con una gran señora en su interior. Un pedagogo imparte clases en medio de la calle ante un grupo de alumnos. Intenta que su oratoria se escuche por encima del estruendo de la ciudad. Uno de los estudiantes, distraído del discurso de su maestro, recuerda que hoy es el gran día. Da codazos a sus compañeros para hacerles recordar. Y como si de una ola se tratase, la noticia corre de alumno en alumno. Disimuladamente, uno a uno, van abandonando al profesor, hasta que el viejo sabio se encuentra solo con su retórica.