PARQUES INDUSTRIALES: MÁS ALLÁ DE LOS TRATADOS DE LA RETÓRICA ALA REALIDAD

EN UN ENTORNO GLOBAL VOLÁTIL, LA ACTUAL ENCRUCIJADA APUNTA A LA NECESIDAD DE PENSAR ESTOS ESPACIOS COMO PLATAFORMAS DE ORIGEN PARA DISPARAR EL LIBRE COMERCIO EN AMÉRICA LATINA.

- ALFREDO NEME MARTÍNEZ

América Latina se encuentra en una encrucijada histórica. Por un lado, acumula una red extensa de tratados de libre comercio que, en teoría, deberían haber acercado sus economías. Por otro, la integración comercial real sigue siendo una deuda pendiente: apenas el 15% del comercio es intrarregional, una cifra irrisoria, si se compara con el 50% o más que registran Europa y Asia.

Este divorcio entre los acuerdos sobre el papel y la realidad en los puertos y aduanas revela una falla estructural, y la respuesta a este rompecabezas podría estar en una infraestructura subutilizada: los parques industriales. Replanteados no como meros espacios de renta, sino como plataformas de origen estratégicas, éstos pueden convertirse en los nodos de certificación, acumulación regional y trazabilidad que conviertan el discurso del libre comercio en acceso real y blindaje efectivo frente al proteccionismo global.

El contraste latinoamericano se hace evidente con dos noticias recientes. Mientras Europa vuelve a posponer la ratificación del emblemático acuerdo UE-Mercosur, la Alianza del Pacífico vio cómo su tratado con Singapur entraba en vigor, incorporando un innovador capítulo de acumulación de origen. Este vaivén refleja la volatilidad del entorno global y, al mismo tiempo, las estrategias de las empresas muestran el camino: BYD en Brasil lanzó con agilidad la producción local de autos eléctricos para eludir aranceles y aprovechar el mercado local, mientras que Tesla en México sigue posponiendo su gigafactory ante trabas de infraestructura, energía y permisos.