Destinos protegidos – Observación sideral

Un cielo nocturno sin contaminación lumínica inspira una caminata por la zona arqueológica de La Quemada, en Zacatecas.

- Por Marissa Espinosa

La tarde ya coloreaba de naranja el paisaje circundante, árido y lleno de plantas espi-nosas, cuando bajé del camión tras 40 minutos de viaje desde la capital zacatecana para entrar a La Quemada. Desde hace algún tiempo, un par de veces al mes, distintas zonas arqueológicas por todo México abren sus puertas por la noche, para ofrecer visitas distintas al clásico recorrido diurno entre las estructuras. Del mapping sobre las pirámides ya se ha escuchado, de manera que el nombre de “observación sideral” resultó un plan atractivo para una noche de viernes, más aun en una zona arqueológica de un estado famoso por su etapa colonial y revolucionaria, no tanto prehispánica.

Al caminar entre los edificios que conforman las instalaciones del museo de sitio, que cerró hace un par de horas, me uno al grupo de unas 20 personas con el que realizaré la actividad. Entre tanta gente temo perder los detalles de esta caminata, por lo que me acerco al guía lo más posible mientras recita algunas sencillas reglas para evitar percances: caminar por las sendas para evitar cualquier encuentro con la fauna que habita los matorrales, no utilizar tripié y evitar subir a las estructuras que no forman parte del recorrido.

Otro de los motivos que me llevaron a realizar este