Tu cuerpo: un plan de mantenimiento

De los pies a la cabeza y de dentro afuera, cómo envejecer bien

- Lisa Fitterman

¿Recuerdas cuando eras joven y pensabas que vivirías para siempre? La esperanza de vida ha aumentado, pero el tiempo sigue pasando factura al cuerpo, lo que se manifiesta en kilos de más, arrugas y achaques. El corazón tal vez ya no bombea con la fuerza que tenía antes y hay goteras, ojos cansados, lapsus de memoria e incluso cáncer.

Igual que en una máquina, todo en nuestro cuerpo está interconectado, y en algún momento los engranajes se averían. El Dr. Berndt Kleine-Gunk, ginecólogo y presidente de la Sociedad Alemana de Medicina Antienvejecimiento, sugiere considerar al cuerpo humano como una cesta de manzanas en la que una pieza podrida puede infectar a las demás. En términos médicos, estas “manzanas podridas” reciben el nombre de células senescentes o zombi, ya que siguen envejeciendo, pero dejan de dividirse y se niegan a morir. Según se acumulan, estimulan la aparición de problemas, desde manchas solares hasta cáncer.

En otras palabras, en lugar de células que se dividen e irradian salud, “tenemos células zombi que nos enferman”, explica el Dr. Kleine-Gunk. “Por eso los expertos están investigando qué pasa cuando se consigue retirar las células senescentes del cuerpo antes de que produzcan daños”.

En un mundo con 727 millones de personas mayores de 65 años, cifra que se espera alcance los 1.500 millones para 2050, los científicos están avanzando a paso firme en el campo de la gerontología, que hoy por hoy ofrece mejores herramientas de diagnóstico y tratamientos más avanzados. El Dr. Berndt Kleine-Gunk destaca el número de