EL ESPÍRITU DEL E3 ES INMORTAL

El mes de junio ha sido siempre un paraíso para quienes nos gustan los videojuegos, y este año no ha sido una excepción

- Rafael Aznar y David Alonso

Puede que el E3 haya desaparecido oficialmente y no lleve ya a miles de personas al Convention Center de Los Ángeles, pero su espíritu inmortal perdura.

Un mes de junio más (e, incluso, algún día suelto de mayo), los amantes de los videojuegos pudimos disfrutar de un buen número de eventos sobre los lanzamientos que están por llegar, gracias a las conferencias que celebraron Sony, Microsoft, Ubisoft o Capcom, englobadas en esa denominación del Summer Game Fest acuñada por el periodista Geoff Keighley y que todo el mundo ha bautizado oficiosamente como el No E3.

Este año, hemos asistido a una nueva edición que, si bien no ha traído con- sigo grandes anuncios de juegos cuya existencia desconociéramos, ha ejemplificado sin ambages el excelente momento que atraviesa la industria de los videojuegos, favorecida por la cuerda que aún parece quedarles a las consolas veteranas y, sobre todo, por la pujanza de las nuevas, para las que cada vez hay más títulos específicos.

Aparte, la mayoría de juegos que se mostraron (más de medio centenar) están previstos para la segunda mitad de este año o para 2024, pues lo de aventar humo da cada vez más pavor a las compañías, reticentes hoy día a tirar de logos, breves CG o promesas vanas. El No E3 quizá no sea el E3, pero sigue siendo un paraíso para los amantes de este bellísimo arte.

POCO RUIDO Y MUCHAS NUECES AQUÍ Y ALLÁ 

La atención estuvo dispersa entre un gran número de eventos particularmente sobrios, pero, sumándolos todos, la cantidad de juegazos aparecida superó el medio centenar.