LAS EXPECTATIVAS Y EL TÉRMINO MEDIO

EL 2024 ARRANCA CON LA PROMESA DE ALCANZAR TODO LO QUE QUEREMOS SER Y REPRESENTAR DE UNA FORMA REALISTA Y LIBRE PARA NO PERDER NUESTRA ESENCIA.

- Cristina Sobrino Calado

SIN TIEMPO PARA LO VINTAGE

La vida avanza más rápido que las tendencias y viceversa: estamos atascados en los 2000.

Suena Young Folks, de Peter Bjorn And John. Serena Van der Woodsen se baja en la estación Grand Central de Nueva York y comienza Gossip Girl dando rienda suelta a mis pensamientos adolescentes más delirantes, probablemente los mismos que hacen que hoy esté escribiendo estas palabras para Marie Claire. Corre el 2007 y poco a poco mi inglés va mejorando conforme navego la primera temporada de una de las series que moldeará mi juventud en cuanto a estilo y aspiraciones de lo más surrealistas. Van pasando los años y el flequillo de Jenny va descendiendo sobre su rostro al igual que lo hace el mío. Y no, no me quedaba como a ella. La más joven del elenco lleva camisas como vestidos y los personajes de la madre de Serena, Lily (introducir aquí alguno de los apellidos de sus muchos exmaridos) y la madre de Blair, Eleanor Waldorf, se arman con ellas de una manera mucho más formal, casi autoritaria, en especial esta última. Ahora vuelven así, al más puro estilo del segundo lustro de los 2000, cuellos hacia arriba incluidos como en esta propuesta de Bally. Ni siquiera es una tendencia a la que se pueda aplicar el concepto vintage porque el paso del tiempo de nuevo nos supera. Los 20 años marcados por los cánones de la moda aún no se han cumplido. Vuelve esta prenda en looks de oficina que nos hacen recordar a los iconos de nuestra adolescencia mediante los cuales comenzábamos a atisbar lo que era de verdad ser una mujer en el siglo XXI, con diferentes perfiles y matices para por fin poder escoger por nosotras mismas qué deseábamos ser.

DE DÉCADA EN DÉCADA