Una princesa genuina

Magdalena, la bella royal sueca, es muy divertida, directa y dicen que hace todo lo que quiere. ¿Pero es un ángel o una chica malcriada?

- MARI RODRÍGUEZ ICHASO

Hace un tiempo ca-minaba por Ma-dison Avenue en Nueva York, y de pronto, delante de mí, vi a dos mujeres altas, vestidas muy sport, empujando a dos niños pequeños en sendos carritos, seguidas de dos personajes que tenían la pinta de ser guardaespaldas. ¿Quiénes eran? Al pararse a mirar las vitrinas de Ralph Lauren y, al acercarme un poco más, las reconocí: ¡eran las princesas Victoria y Magdalena de Suecia! Platicaban en sueco y, claro, no entendí absolutamente nada, pero Magdalena, la más guapa, tenía una voz fuerte y un tono dominante, como su carismática personalidad, la cual celebramos no sólo por ser una bocanada de aire fresco para la Corona, sino porque dentro de unas semanas cumplirá 38 años.

En 2009, feliz junto a su prometido Jonas Bergström, meses antes de ser descubierta la infidelidad de él.

Tropiezos en el amor

Su manera de pensar, sincera y directa, sin duda alguna es un imán, y no ha tenido empacho en protagonizar una y otra vez entrevistas desenfadadas en las que cae muy bien por su estilo al hablar y reír. Y no, no tiene nada de ‘chica sencilla’, sin embargo, es amistosa y muy simpática.

Magdalena estudió Historia del Arte y Psicología Infantil, adora el interiorismo y pasar tiempo en familia.