Siempre nos quedará PARIS

Transformó la capital francesa en referente verde, resistiendo la presión de los 'lobbies', los titulares hostiles y los prejuicios que aún pesan sobre una mujer al frente de una gran ciudad. Mientras encara su último mandato como alcaldesa de París, ANNE HIDALGO habla con la serenidad de quien ha librado grandes batallas y la convicción de quien ha sabido ganarlas.

- POR CLAUDIA SÁIZ. FOTO: ERIC FOUGERE.

París siempre ha sido escenario de grandes gestos y símbolos universales, y Anne Hidalgo (1959) lo sabe mejor que nadie. Durante más de una década, ha gobernado una de las urbes más desafiantes del mundo. Hoy, cuando anuncia que no volverá a presentarse a la alcaldía el año que viene, lo hace sin retirarse del debate público. Acaba de publicar Résister. Le pari de l’espoir (aún sin traducir al español), un libro que es a la vez manifiesto y testimonio, reflexión íntima y llamada a la acción colectiva. Pero antes de convertirse en referente internacional, fue Ana, la niña que llegó de San Fernando (Cádiz) con sus padres emigrantes en busca de un futuro mejor en Lyon. La hija de un electricista y una costurera que entendió pronto lo que significaba empezar desde abajo. Aquella infancia forjó en ella una convicción íntima: que la vida sólo se transforma cuando se resiste y se persevera. En las páginas de su obra –y en los capítulos de su vida–, Hidalgo repasa lo que representa llevar las riendas de París en tiempos convulsos, y también proyecta una idea de futuro: más verde, más inclusivo, más humano. Bajo su mandato, la ciudad se ha convertido en laboratorio de planificaciones urbanas que hoy son referentes globales.

Quedamos con ella en Niza, coincidiendo con la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 3), que fue posible gracias al impulso de Bloomberg Philantropies. Hablar con ella es entrar en un territorio donde la mujer se abre paso entre la figura pública. Es escuchar a alguien que reivindica con orgullo sus raíces obreras y españolas, que incide en la esperanza no como consigna, sino como herencia vital, incluso cuando las certezas se tambalean. Ahí reside su fuerza: la de una mujer que, al decir adiós a un cargo, no se despide del porvenir.

¿Qué significa para ti la palabra résister