LOS PLANES SECRETOS DE LA PRINCESA LEONOR ANTES DE PONER RUMBO A AMERICA

Primera escala en Tenerife, antes del salto oceánico, y una turista más en la isla: visita al Teide y al sur de la isla, gastronomía canaria y la anécdota que prueba su gran sentido del humor

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PARTIERON de Cádiz el 11 de enero y, seis días después, gracias a los vientos alisios, «Elcano», con la princesa Leonor a bordo, atracaba en el muelle de Santa Cruz, dando lugar a un momento tan emocionante como espectacular.

Siguiendo la tradición, se dispararon fuego de artillería y cañonazos y la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de julio de 1797 rememoró, con uniformes y armamento de época, el episodio en el que el almirante británico Nelson atacó la ciudad para hacer del archipiélago canario territorio de la Corona inglesa.

Las milicias canarias, bajo el mando del general burgalés Antonio Gutiérrez Otero, lograron detener el ataque y el almirante Nelson perdió el brazo derecho en el fragor de la batalla. Historia pura para recibir al buque escuela en la primera parada de una singladura también histórica. «Elcano» entró en la dársena —una hora después se abría al público— mientras los guardiamarinas, vestidos con el uniforme de verano, saludaban desde el tranvía agitando sus gorras al son del pasodoble «Islas Canarias», interpretado por la banda que va a bordo del buque.

«VIVA LA PRINCESA»

Pocos minutos después del desembarco, la princesa de Asturias y sus compañeros se subían al minibús que los esperaba en el muelle. Otro momento especial para la heredera, que fue recibida al grito de «viva España», «viva la princesa» o «guapa, Leonor», al tiempo que pisaba oficialmente por primera vez el suelo de las Islas Afortunadas. Y, ya con los guardiamarinas a bordo, el autobús se dirigió al cuartel de Almeyda, sede del Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias. Y, a continuación, visitaron el palacio de la Capitanía General de Canarias, donde fueron recibidos por el teniente general jefe del Mando de Canarias.