Dulce recompensa

Detrás de sus pasteles perfectos, sus programas y libros de repostería, hay una historia de esfuerzo y perseverancia. Paulina Abascal afirma que todo es posible si se hace con mucha pasión.

- Por Cynthia Leppäniemi

Fue su programa de televisión lo que la catapultó a la fama, y a partir de ahí llegaron pro-yectos que han consolidado una carrera envidiable. Pero antes de eso hubo bastante trabajo. Paulina Abascal es una empresaria mexicana cuya historia está construida sobre un gran pilar: la convicción de seguir sus sueños y no tirar la toalla, a pesar de las dificultades. “Estudié Hotelería porque no existía la carrera de Gastronomía ni Repostería en México; sin embargo, llevo 30 años haciendo lo que más me gusta: la pastelería, y me siento afortunada de no haberme equivocado”, afirma la chef, que recuerda haber tenido una adolescencia difícil y encontró en su profesión el camino para salir adelante. “No deseaba quedarme atorada en los problemas de mi casa. Cuando elegí este camino supe que estaba en el límite entre salir adelante, a pesar del sufrimiento, o rajarme y quedarme atrás”. Su abuela fue una inspiración. “Tenía 11 hijos, siempre había invitados, así que era como hacer un banquete todos los días. De ella aprendí el amor por la cocina y la buena mesa, por atender a la gente y convivir en familia. Así me enamoré de lo que hoy día es la pasión de mi vida: mi profesión”.

Los frutos de un gran trabajo