Oscar Jaenada sabe que su personaje Luis Rey es el más odiado de México. Domina también que es el tema de sobremesa y que hasta el presidente habla de él. Pero nada de esto le importa al español más que los melones y sandías que planta en San Sebastián. Luis Miguel, la serie es algo que ya dejó atrás.
Se lo ha ganado a pulso. En la historia transmitida por Netflix, aprobada y supervisada por el mismo Sol de México, se ha visto la explotación a la que el cantante español sometió a su hijo, cómo lo acercó a las drogas y las prostitutas, así como la falta de ética para llevar la carrera de un niño que se convertiría en el intérprete contemporáneo más reconocido del país, aunque rodeado siempre de engaños.
De ahí que las redes se vuelquen sobre él, que el show se haya convertido en la espera de cada domingo, de lo que todos hablan el lunes en la oficina. De ahí también que la figura de Luis Rey ya sea una piñata en los mercados, una playera con una leyenda en su contra, un icono popular al que algunos, en tono de burla, le han atribuido el “extraño enemigo” del que el Himno Nacional advierte.
Diese Geschichte stammt aus der 01 Julio 2018-414-Ausgabe von Quién.
Starten Sie Ihre 7-tägige kostenlose Testversion von Magzter GOLD, um auf Tausende kuratierte Premium-Storys sowie über 8.000 Zeitschriften und Zeitungen zuzugreifen.
Bereits Abonnent ? Anmelden
Diese Geschichte stammt aus der 01 Julio 2018-414-Ausgabe von Quién.
Starten Sie Ihre 7-tägige kostenlose Testversion von Magzter GOLD, um auf Tausende kuratierte Premium-Storys sowie über 8.000 Zeitschriften und Zeitungen zuzugreifen.
Bereits Abonnent? Anmelden