El Día Que Un Arriero Zamorano Le Entregó Un Burro A George Washington

Se trata sin duda de uno de los primeros y menos conocidos episodios de cooperación internacional entre España y Estados Unidos: la importación de un garañón a tierras americanas para aumentar la yeguada local.

George Washington en su hacienda deMount Vernon (Virginia), según una litografía coloreada de 1853.

Fue en el otoño ventoso de 1785 cuando Pedro Té-llez, un labriego zamorano con fama de hombre de taberna y gran bebedor, emprendió un viaje a pie acompañado de su esposa, Manuela Pradina, desde su ciudad castellana natal hasta Bilbao, empuñando en la mano la rienda de un borrico. Resulta difícil en el momento presente proyectar las adversidades que atravesó el trío por los campos de España a finales del siglo XVIII, pero el grupo era depositario de una misión trasatlántica y, por consiguiente, histórica: entregar a George Washington un garañón como prototipo de semental activo que cubriese la yeguada americana, con el fin de enriquecer la raza en Estados Unidos. No es una leyenda ni una ficción más propia del rucio de Sancho Panza, sino un episodio sorprendente que muestra también nítidamente el carácter de los habitantes de Zamora, ciudad que no se ganó en una hora. Más allá de las particularidades de ese viaje por la Península a través de centenares de kilómetros de una pareja de muleteros de la vieja Castilla, provistos de aguardiente y coraje, hay un antes y un después que interesa conocer.