Entrevista – Alfonso Cuarón

El adiós a las inseguridades

- Por Jessica Oliva

Alfonso Cuarón se compró su primera cámara Super 8 cuando tenía 12 años, a inicios de los 70. Nada sabía en ese entonces que, casi 50 años después, su recreación de esa época –aunque no de la anécdota– se convertiría en la primera película mexicana en ganar el León de Oro en el festival de Venecia.

Roma es íntima y épica. ¿Desde el inicio la pensaste así, como una gran producción sobre experiencias por naturaleza “pequeñas”?

Nunca me planteé hacer una película grande, pero quería honrar esas memorias tal como las tengo. Cuando hablaba con Gabriela Rodríguez, mi productora [y quien también estuvo involucrada en Gravedad], yo le decía: es una película chiquita, pero yo no estaba consciente del tamaño (ríe). Me interesaba usar esas herramientas que he tenido el privilegio de usar en otras producciones, al servicio de esta película “chiquita”. En el momento en que empecé a aterrizarla con los distintos colaboradores fue cuando me di cuenta del tamaño.

Siempre has hablado de cómo cineastas de la generación de Arturo Ripstein y Felipe Cazals han influido en tu trabajo. Ya que Roma se sitúa en esa misma época, ¿pensaste en conectarla de alguna forma con ese cine de los 70 que tanto has admirado?