Inclusión, La Tarea Pendiente De Israel

A pesar de ser el tercer mayor ecosistema emprendor global en temas tecnológicos, la nación aún no es tierra fértil para sus minorías.

- Gabriela Chavez

Si bien Israel ha creado más de 7,000 nuevas start-ups tecnológicas en los últimos 10 años, convirtiéndose así en el tercer epicentro global de estos temas, el acceso al emprendimiento es una proeza para 20% de su población, aquellas minorías de origen árabe israelí o palestinos y judíos ortodoxos.

La inclusión de grupos minoritarios, más allá de la religión, representa una oportunidad de “acelerar el crecimiento de la productividad y de la economía”, según establece la OCDE en su estudio ‘Los emprendedores perdidos’, de 2017; sin embargo, para llevarlo a cabo de manera exitosa, es necesario que las políticas públicas apoyen las ideas innovadoras que realmente generen negocio.

“Hay muy poca representación de la población en ámbitos como el político y tecnológico, y esto se debe a políticas abiertamente discriminatorias del gobierno de Israel, aunque ha ido avanzando”, dice Zidane Zeraoui Al Awad, analista del Tecnológico de Monterrey especialista en estudios de Oriente Medio.

La formación militar es clave entre los startuperos del país, ya que el servicio obligatorio les permite mejorar su disciplina, la capacidad de resiliencia y resolver obstáculos y conformar la Cutzpah; una especie de arrojo ante la adversidad y arrogancia para negociar, del cual las minorías están excluidas.

A pesar de esta exclusión, las minorías sí tienen cierta preparación, algo que no ocurre, por ejemplo, con los grupos indígenas mexicanos, de acuerdo con Zeraoui.