Más salario emocional para jóvenes

Los beneficios laborales intangibles cobran mayor relevancia en las nuevas generaciones.

- Yanin Alfaro

Con un aumento de sueldo de más de 60%, cualquiera sería feliz. Pero a Liliana Muñoz el dinero no le ha dado la satisfacción que imaginó. Hace unos meses, la actuaria, de 28 años, decidió dejar su cargo en el departamento de investigación de una revista por una atractiva propuesta laboral de una agencia que le ofreció ser analista de medios senior. Sin embargo, la falta de liderazgo y de aprendizaje constante, así como el ambiente laboral, la han hecho extrañar su trabajo anterior.

Cuando se trata de millennials, personas de entre 16 y 36 años, el entusiasmo para ir a trabajar todas las mañanas no se alimenta sólo con más dinero, sino con factores intangibles, como el ambiente laboral, la cultura empresarial, la reputación de la compañía y las prestaciones novedosas, coinciden los especialistas. Esto es el salario emocional, un conjunto de condiciones laborales positivas que, sin retribuir monetariamente, fomenta la lealtad de los empleados y disminuye la rotación.

“Es aquel pegamento que te hace querer estar donde estás y renunciar a una oferta económica mayor porque te hace vibrar el trabajo que tienes”, asegura Krista Walochik, presidenta de la consultora en recursos humanos Talengo.

En esta retribución intangible también interviene cómo se siente una persona en el trabajo, cómo la tratan, la relación amistosa que genera y las oportunidades que hay para desarrollarse dentro de la organización, añade Iñaki Cebollero, director global de Recursos Humanos de la firma española Atento.