Historia Con Raíces

Cuando Hablamos De Nuestro País Y Su Riqueza Milenaria, El Huipil Cobra Un Apartado Especial. De Orígenes Prehispánicos, Esta Pieza De Innegable Belleza Teje Entre Sus Hilos Gran Parte De Nuestra Identidad

- Marta Turok

Parada en un árbol, Santa María Magdalena estuvo tejiendo sus diseños y hablando con sus hijas e hijos, “obedezcan, trabajen”, a los hombres les decía, “hagan sus milpas, si no sus hijos y su mujer van a sufrir hambre”. A las mujeres les recomendaba, “apúrense a moler, a hacer sus tortillas, acarrear el agua y cuando terminen pónganse a tejer su ropa… Miren cómo hilo el algodón con el malacate, miren cómo pongo el telar. Quiero que me recuerden, que me vistan, que escriban la historia de nuestro pueblo para que no se olvide…”.

Mil años antes, plasmadas en códices, murales y ‚ guras de barro las diosas mayas Ixchel e Ixchebel Yax –madre e hija– narran historias parecidas de la creación del mundo, del papel sagrado de la mujer en el tejido y el textil. Un sorprendente ciclo de continuidad nos engalanan Diosas prehispánicas, las Santas y Vírgenes Católicas o la esposa del Álferez de la ‚ esta, todas vestidas con huipil brocado. Para aprender a tejer su primer lienzo y al iniciar un huipil ceremonial de uso propio o para ofrendar, llevan a la iglesia Œ ores, velas, hilos, machete de tejer y solicitan las bendiga, las proteja y encamine con un rezo.

Historias que se replican en numerosas comunidades indígenas de México y que apuntan al carácter sagrado, milenario del oficio textil y de la indumentaria.