Los robots han llegado

Una revolución en robótica se cierne a medida que las máquinas se hacen cargo de labores que siempre han realizado los humanos. Está cambiando la manera en la que vivimos.

- Por David Berreby. Fotografías de Spencer Lowell

Con un agarre firme y también delicado, una mano robótica en el Laboratorio de Robótica y Biología en la Universidad Técnica de Berlín, levanta una flor con sus dedos neumáticos. Avances recientes han acercado más que nunca a los robots a imitar habilidades humanas.

Algunos roboticistas crean máquinas que imitan a los humanos, como Harmony (der.), una cabeza parlante expresiva que se acopla a una muñeca sexual de silicona y acero fabricada por Abyss Creations, en California. Otros creen que la gente se siente más cómoda entre robots que lucen como Curi (izq.), de Socially Intelligent

Machines Lab, en el Instituto de Tecnología de Georgia. Si un robot se ve muy humano, afirman, la aceptación puede caer hacia el “valle inquietante”, el término de Masahiro Mori para lo que sentimos cuando un robot se ve menos como una máquina y más como un humano perturbadoramente disminuido, o un cadáver.

La nueva tecnología permite que los robots lidien con el cambio constante y formas irregulares con que los humanos se topan en el trabajo. Foodly, un robot colaborativo (cobot) desarrollado por RT Corporation, usa visión avanzada, algoritmos y una mano sujetadora para colocar piezas de pollo en una caja bento.