El gas que aún no llega

Mientras la red de gasoductos de la CFE no funcione por completo, el precio de la energía eléctrica y la seguridad de su suministro están en juego.

- Por Jorge Arturo Monjarás

LA COMISIÓN FEDER AL DE ELECTRICIDAD (CFE) ha mutado en los últimos años. Con la reforma energética adoptó nuevas facultades: pasó de ser generadora y transmisora de energía eléctrica a una empresa de energía. Entre sus retos está garantizar la suficiencia de electricidad en el país, en todo momento.

La historia se concretó con la reforma energética, que se firmó en la administración de Enrique Peña Nieto. A Pemex se le quitó el monopolio del manejo del gas y le dio más facultades a la CFE (después de desaparecer a Luz y Fuerza); entre ellas, importar gas natural y vender el combustible no utilizado a terceros. Su consigna es generar más electricidad al menor costo posible.

Entre 2015 y 2016, la empresa de energía licitó a empresas privadas la construcción y operación de una red de siete gasoductos que alimentarían sus plantas y que iría concretando en los años siguientes. En conjunto, son inversiones por unos 12,000 millones de dólares (mdd). Pero las cosas no serían tan simples en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

DE LOS SIETE QUE QUEDABAN...

Uno a uno, los proyectos de gasoductos programados para funcionar hacia 2017 y 2018, comenzaron a atorarse. La oposición de comunidades locales, intentos de chantaje por parte de políticos municipales, falta de gestión de permisos a veces elementales, conflictos de derecho de vía y uso de suelo e incluso vestigios antropológicos son algunos de los factores que detuvieron o retrasaron los siete gasoductos.